miércoles, 4 de diciembre de 2019

Ph: Sigfrido Quiróz


ELOGIO DE LA ANSIEDAD

Existe un día que parece que es igual a todos los demás, pero no.  Después, al día siguiente, todo se acomoda o empieza acomodado y yo me siento, esperando que todo sea tranquilo, y es tranquilo.  Y al otro día me siento de nuevo contento porque todo, al fin,  se normalizó.  Pero no, este día tampoco es igual ni tranquilo.  Así es esta rutina de los días que no son nunca iguales y de cómo espero y me siento a esperar dias tranquilos, sin resultado,  o mejor dicho, con pocos resultados.  No es muy aburrido vivir de esta manera y eso me aburre.  Yo suelo aburrirme fácilmente, o al menos eso creo.  Es difícil definirse uno mismo, aunque a veces me lo dicen.  Que no soy aburrido, digo; o que me aburro fácilmente.  La gente no es muy coherente en sus opiniones.  Eso me molesta mucho porque se parecen a mí.  Preferiría gente distinta, porque son todos iguales.  Iguales a mí, digo, e iguales entre ellos.
A veces también me siento a esperar que la gente actúe distinto, y lo hace, actúa diferente.   Y al día siguiente me siento de nuevo y espero que actúe igual y ese día sí lo hace y todo se encauza y así, al siguiente día me siento (sintiendo y sentado) contento de que al fin todo está igual, pero ese día cambia.  La gente actúa diferente, digo.
El otro día me contaron de un hombre que estaba sentado todo el día esperando que sucediera algo que nunca sucedía, pero justo ese día sucedió. Y al día siguiente estaba muy nervioso porque no sabía si esperar que sucediera de nuevo o no sucediera nunca más.
No hay nada peor que no saber.  No hay nada peor a que sea todo igual.  No hay nada peor a que sea todo distinto.

Sig

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Ósmosis



A Irene Gruss


hay algo que trasciende
en esto de perder el tiempo mirando
por la ventana al pasto que se
mueve con el viento, el orden en
la casa vecina, su ascética belleza y
el caos de la medianera invadida por
objetos disímiles e incongruentes

algo me resuena en la
savia que intuyo y los bloques de
cemento mezclados en mi vista como
un mensaje cifrado que hipnotiza el
instante y lo transforma en
algo que no es cotidiano

el olor a lluvia que me inunda
determina este segundo y me
olvido del que no soy y la
ósmosis con lo que me rodea me
pone en el lugar exacto que la
naturaleza me asigna como una
parte pequeña de su magia

me mira todo
hasta lo que no veo.

Sig

miércoles, 15 de mayo de 2019

A LA MISTERIOSA, Robert Desnos.

A LA MISTERIOSA, Robert Desnos.

Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?

Tanto soñé contigo que mis brazos, habituados a cruzarse sobre mi pecho, abrazan tu sombra; quizás ya no podrían adaptarse al contorno de tu cuerpo.

Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años, seguramente me transformaré en sombra.

¡Oh balanzas sentimentales!

Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar. Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente y tus labios que los primeros labios y la primera frente que encuentre.

Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de tu sombra y de tu fantasma que ya no me queda sino ser fantasma entre los fantasmas, y cien veces más sombra que esa sombra que siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.

(Versión de Raúl Zurita)


"Si el poeta Robert Desnos, uno de los fundadores del surrealismo, cruzó los campos de exterminio, ejecutando, en las condiciones más infernales que se puedan concebir, el acto absolutamente delicado de corregir un poema de amor, ¿cómo pueden comprenderse las gasificaciones masivas, los hornos crematorios, Auschwitz? Un estudiante adicto al surrealismo, que había entrado con los partisanos checos, Josef Stuma, reconoció a Desnos entre los moribundos y recogió el poema. No contenía ninguna referencia a los campos ni a las circunstancias en que fue escrito. Era solo un poema de amor; pero precisamente porque era solo eso; un poema de amor en medio el infierno, constituye la denuncia más feroz que alguien haya hecho del horror del genocidio. El poema se llama “A la misteriosa”, y pone frente a la monstruosidad de Treblinka la imagen de un sueño: Opongo entonces la infinita devoción de ese poema, su insobornable pureza, a todas las crueldades de la historia, porque si la poesía de Robert Desnos no existiera, si el arte no existiera, probablemente la violencia sería la norma. Pero existe, y el solo hecho de que alguien en medio del holocausto, pudo escribir algo tan increíblemente bello como “tanto soñé contigo que pierdes tu realidad”, hace que el crimen sea infinitamente más crimen y el asesino infinitamente más asesino."
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...